“Maduras, unidas y listas” – Emilie Bydwell y la misión olímpica de las Águilas

Hace diez años, Emilie Bydwell arriesgó un trabajo seguro para perseguir su sueño de vivir del rugby.

En ese en 2011, la canadiense que había comenzado a jugar rugby en Montreal a los 14 años, había jugado para las Águilas norteamericanas en Rugby World Cup, dedicándose a tiempo completo al sevens.

“Cuando me gradué como Bióloga, no había trabajos en el rugby; trabajé en el laboratorio del Harvard Medical School queriendo hacer docencia,” explicó.

“En 2011, me mudé de Boston a San Diego porque comenzaba el programa de sevens y Ric Suggitt, entonces entrenador de la Águilas, estaba haciendo cosas muy buenas y quería ser parte.”

“No quedé entre las ocho contratadas, pero igual dejé mi trabajo y me mudé. Conseguí trabajo como maestra y entrenaba con las profesionales.”

“Me arriesgué y salió bien, instándome en San Diego para el resto de mi vida.

Viviendo en California, Bydwell consiguió trabajo con Serevi Rugby, la empresa fundada por la leyenda del sevens y miembro del World Rugby Hall of Fame  Waisale Serevi, que luego se convirtió en Atavus. También jugó para su país adoportivo en el World Series y Rugby World Cup Sevens 2013 viviendo el sueño americano.

Tras siete años en Atavus, Bydwell fue elegida como Gerente General de Alto Rendimiento Deportivo Femenino de USA Rugby.

“Fue interesante tomar el empleo porque había que encargarse de todo en el sevens y el quince, intentando aprender las responsabilidades de una gerente de alto rendimiento, priorizando donde se podía tener más impacto.

“Buscamos un camino claro y tangible para los objetivos que queríamos ejecutar.”

Líder natural

Su liderazgo había sido evidente para el fallecido Suggitt cuando jugaba; hoy, con 35 años y tras estar retirada siete, cuenta: “después de jugar tan solo tres minutos en Dubai en 2013, Ric me dijo que quería usarme como la mejor aguadera del mundo, lo que hizo que aprenda a ver el rugby desde otra perspectiva, siendo quien pasaba los mensajes que podrían cambiar el sentido de un partido.”

Fueron lecciones muy importantes.

“Puedes querer otro rol, jugar más minutos, en otro puesto – está bien tener ambición en un deporte competitivo. Los equipos fuertes tienen jugadores que cumplen su rol, sea jugando dos minutos o 14.”

“Al comenzar el trabajo buscaba lograr una cultura que llevara al rendimiento – un equipo de mujeres unidas y residentes, tan comprometidas con el programa como con ser medallistas olímpicos. Que estén contentas del camino a recorrer.”

Para los Juegos Olímpicos de Río 2016, Estados Unidos no tuvo una buena preparación, con tres nuevos entrenadores en nueve meses. Terminaron en quinto puesto.

A pesar de todo esto, el torneo dio una idea de lo que eran capaces y lo que se requiere para avanzar en un programa y ser contendientes para una medalla en Tokio. “Todas, las que están y las que ya no están, pusieron todo para ponernos en esta posición, en la que sentimos que el alto rendimiento creció. Estamos maduras, unidas y listas.”

Listas para volar

Una estructura de niveles identificó a futuras olímpicas, agrupadas en ‘Hawks’ y ‘Martlets’, según edad y habilidad. Un amplio enfoque regional comenzará al finalizar Tokio. Bydwell trabaja con la Gerente de Pathway Femenino Martha Daines para construir un modelo sustentable.

El martlet es un pájaro mitológico; para las Águilas, el objetivo es muy real – quieren una medalla.

Entrenadas por Chris Brown, las Águilas comparten el grupo con las campeonas olímpicas Australia, las anfitrionas Japón y China.

“Esperamos hacer lo necesario con Japón y China y llegar al partido con Australia el segundo día sin ataduras,” dice Bydwell.

“En 2016, empatamos con Australia y solo perdimos 5-0 con Nueva Zelanda sin estar en la posición que estamos hoy.”

El interés del público es grande; tras el quinto puesto en Río, la web de USA Rugby tuvo el mayor tráfico de sus historia. “Imaginen si hubiéramos competido o ganado una medalla. Que emoción generaría.”

“Es un deporte que todos aman, solo que todavía no lo saben. Emociona pensar en lo que se puede generar.”

Mientas preparó al equipo para ser exitoso en Tokio, Bydwell no perdió foco con el programa de quince y la necesidad de tener una buen Rugby World Cup 2021, que al igual que los Juegos se postergaron un año.

“El objetivo antes de los atrasos eran dos medallas en un año; no podemos quedarnos dormidos con el objetivo del quince,” dijo.

“Supimos convertir el COVID en una ventaja competitiva ya que tenemos 20 semanas juntas desde septiembre de 2020.”

“La única forma de hacer esto es gracias al compromiso de invertir en una infraestructura temporal y centralizar a las jugadoras en Denver.”

“Ahora tienen una base de entrenamiento, una fundación de habilidad técnica y un mejor entendimiento de lo que se necesita.”

“Con esas 20 semanas y 10 partidos encima, el objetivo es llegar a las fases finales; creemos que el equipo está listo para hacer algo especial en Rugby World Cup 2021.”

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