Referente del rugby brasileño, Izzy Cerullo se despide de las Yaras

Corría el año 2014 y se vivía la presión positiva de disputar los Juegos Olímpicos de Río 2016. Las selecciones nacionales se fortalecían, jugando grandes y emocionantes torneos. Brasil recibió algunos de ellos, como el HSBC World Rugby Sevens Series.

Nacida en los Estados Unidos de padres brasileños, Isadora Cerullo tenía ambas nacionalidades y se destacó en el deporte. Se enteró sobre el crecimiento del juego en el país y se arriesgó. Dejó la facultad de medicina en busca del sueño de vivir el deporte.

Renunciar a un futuro en la medicina en América del Norte para probar un deporte que no es tan visible en Brasil es un cambio muy drástico. Un gran riesgo, dirían.

Ya sea buscando un cambio o arriesgándose, Izzy llegó a Brasil en julio de 2014, a la edad de 23 años. Casi un tercio de su vida después, se despide del equipo cuya historia e identidad ayudó a construir.

No se trata solo de los números de Izzy para Brasil, con dos Juegos Olímpicos en su haber, el bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, los logros sudamericanos y las disputas en los circuitos mundiales. Sin mencionar las actuaciones memorables de Niterói, una institución histórica del rugby brasileño a la que Isadora fue fiel durante todos estos años.

Ejemplo de lealtad.

Esto es lo que Izzy dejó fuera de la cancha. Sus discursos precisos y coherentes fueron ejemplo para el rugby brasilero, su pensamiento, su forma de transmitir. Mientras hablaba, actuaba. Sin hacer ruido y sin ganas de llamar la atención, brilló con luz propia por donde pasó.

Vivió una etapa importante con el equipo femenino, precisamente la que formó toda la identidad del equipo, que son las Yaras.

Y es imposible pensar en una Yara sin recordar a Izzy Cerullo, cuya conducta aportó mucho a la identidad del equipo femenino. Las Yaras representan hoy un ideal de pluralidad y diálogo para el deporte en Brasil, que nace del alto rendimiento y es susceptible de ser difundido en otras dimensiones de la práctica deportiva, como el deporte escolar y el de participación. Es el buen ejemplo que viene de arriba.

Ahora bien, la pluralidad y el diálogo son elementos fundamentales para el desarrollo y crecimiento de toda la sociedad. La pluralidad y el diálogo hacen referencia al respeto, la integridad y la solidaridad, valores del rugby.

La semilla que Izzy plantó en Brasil se convirtió en un árbol inquebrantable. Es para siempre. Sin embargo, hay un tiempo para plantar y un tiempo para cosechar. Hay un tiempo para quedarse y un tiempo para irse. Ha llegado el momento de irse.

Como toda constante en la vida es el cambio, Izzy se fue. Partió rumbo a Estados Unidos, donde recientemente ocupó un puesto en el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Los Ángeles 2028. Va a hacer historia y va a dejar mucho más, para siempre, para el mundo entero.

¡El rugby sudamericano te lo agradece, Izzy!

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